Por Redacción AGR News
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El Senado de Estados Unidos intentará este viernes aprobar un nuevo paquete de financiamiento para reactivar el gobierno federal, actualmente paralizado. Sin embargo, el desacuerdo entre demócratas y republicanos mantiene en vilo a miles de empleados públicos, mientras crece el temor de que el cierre se extienda hasta la próxima semana.

El Partido Demócrata se niega a respaldar la propuesta republicana sin garantías sobre la continuidad de subsidios médicos vinculados al sistema de salud pública. En paralelo, el presidente Donald Trump evalúa una reestructuración masiva en agencias federales, lo que podría traducirse en despidos o retrasos en los pagos a trabajadores gubernamentales.

El líder demócrata Hakeem Jeffries acusó al mandatario de utilizar la crisis como herramienta de presión política. “No vamos a retroceder mientras se amenacen derechos fundamentales de salud”, afirmó en declaraciones a la prensa.

A pesar de la urgencia, no se han programado negociaciones para el fin de semana. Con ambos partidos centrados en actividades de recaudación, analistas advierten que el cierre podría prolongarse al menos hasta mediados de octubre.

El impacto ya se siente en servicios esenciales, desde parques nacionales hasta oficinas administrativas. Aunque sectores como defensa y seguridad continúan operando, sus empleados enfrentan incertidumbre sobre sus próximos pagos.

Este nuevo episodio de parálisis institucional refleja una creciente polarización en el Congreso, donde incluso las decisiones más básicas enfrentan obstáculos partidistas.